Hemos tenido en el taller varias tapas de albarelos de cerámica esmaltada, algunos lo conocen como tarros de farmacia. Tienen una historia que empieza hace mucho, en oriente.
Pero primero hablemos un poco del proceso de restauración. El cliente había comprado albarelos para su colección, pero algunos venían fracturados. Para mantener la originalidad de la pieza simplemente se reconstruiría las roturas más visibles, dejando otras que no molestaban estéticamente.
Como siempre, el objetivo principal es conservar al máximo el original, teniendo en cuenta la función y características de las piezas.
En las fotos abajo se puede ver cómo han llegado.
Para la deconstrucción volumétrica de la cerámica se utilizó escayola Álamo, que tiene unas características de dureza media-alta que me gustan mucho. Para facilitar el trabajo se hizo unos moldes de silicona y el vaciado con la escayola. Una vez la escayola se fragua retiramos el molde y la forma está perfecta….o casi, que la lija es el mejor amigo y peor enemigo…….
Después de impermeabilizar el yeso le aplico algunas capas de veladura para imitar la cerámica esmaltada, un poco de pátina y listo.
Se ha respetado en todo momento los desperfectos del original, fruto de su uso y circunstancias. Hay piezas que, al intentar dejarlas cómo nuevas, pierden su personalidad. Me gusta pensar que al ver esta pieza puedo abrir una ventana al pasado y crear toda una historia.
CERAMICA ESMALTADA Y DECORACIÓN
 |
retabloceramico.net |
EL albarelo es un envase para contener medicinas, de boca ancha y forma cilíndrica. Se fabricaron abundantemente durante la Edad Media y estaban decorados generalmente en azul de cobalto o verde, obtenidos a partir de minerales de cobalto y cobre respectivamente, sobre un esmalte estannífero.
En las tapas reparadas vemos el borde azul, el pomo verde y el esmalte estannífero blanco, que por su envejecimiento deja ver en algunas partes la pasta cerámica.
Ese tipo de barniz tiene en su base el estaño fundido con plomo, a los que se añaden sal, arena y agua. Se utiliza tras la primera cocción, bañando (por inmersión o vertido) las piezas, que luego, tras la segunda cocción, se presentan con un esmalte blanco característico.
El esmalte se aplicaba tanto fuera como en el interior, ya que podían ser utilizados para guardar sustancias viscosas y necesitaban una superficie no porosa.
El esmalte blanco también se ha utilizado durante mucho tiempo, además de crear una superficie impermeable, para imitar la tan deseada porcelana.
En el próximo post hablaremos de la historia de estas piezas tan utilizadas por boticarios.