Desde la antigüedad se ha utilizado la policromía en la escultura para dar una sensación de realismo, ocultando la superficie del soporte, la madera.
La escultura religiosa está muy relacionada con la península ibérica, constituyendo una aportación valiosa para el arte europeo y colonial. La sucesión de estilos y cambios de gusto durante distintas épocas se deja ver en la manufactura de esas piezas.
Ya en el gótico empezamos a ver una mayor elaboración técnica y decorativa, pero es en el siglo XV que encontramos una generalización de la utilización del oro en las decoraciones de las vestimentas.
Dorados, estofados, corlas y decoraciones aplicadas se encuentran en los repertorios polícromos del Gótico Tardío.
La técnica más compleja es la del brocado aplicado, del siglo XV, y en el XVI vemos la consolidación de la técnica más utilizada, el estofado. Con el estofado se busca imitar las telas lujosas con hojas de oro o plata y policromía. Y para dar más suntuosidad podemos encontrar cincelados o punzonados.
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Estofado |
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Fondo y nimbo dorados y decorados con cincelados. Retablo de la Orden de Santiago (h. 1530), maestro anónimo. Iglesia Parroquial de la Virgen de los Remedios, Estremera (Madrid) / Eva López Zamora |
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Textile with Brocade Date: 14th century |
Ya en el siglo XVII encontramos policromías más sobrias, acordes con la mentalidad de la época. Los dorados se encontraban solamente en las orlas de las vestimentas, imitando joyas engastadas, realizadas a punta de pincel y grabadas. También se recurría a la técnica de barbotina o del yeso moldado. En esta época veremos decoraciones de pájaros, plantas, niños y ángeles.
Esas policromías convivían con otras técnicas como el estofado.
En el siglo XVIII se retoman las técnicas de policromía que habían destacado hasta la mitad del XVII pero bajo la influencia del estilo rococó que impulsa la fastuosidad y brillos, conseguidos con colores muy vivos, dorados de pulimento y también a pincel y con un amplio desarrollo del punteado inciso sobre oro, reproduciendo temas decorativos florales, vegetales y la típica rocalla abierta sobre el oro, junto a los tradicionales estofados con diferentes tipos de rayados, que sirven de fondo al conjunto y sobre el que se pintan, a punta de pincel, ricos motivos florales de colores vivos, rojos, verdes y azules.
Otro tipo de técnica polícroma es la decoración de las telas talladas en relieve. Tres procedimientos: sacando con la gubia los motivos decorativos sobre la madera en bajorrelieve; segundo, realizar esta misma operación sobre las capas de yeso que cubren el soporte. Tercero, elaborar los relieves con estucos, superponiéndolos en aquellas zonas que se desea resaltar, bien a pincel o en forma de macarrones amasados con yeso y cola.
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